Descripción
La cirrosis es una enfermedad grave, a menudo fatal, enfermedad del hígado que se produce cuando el tejido hepático dañado continuamente. Como el tejido sano es reemplazado por tejido cicatricial, el hígado pierde su capacidad para desempeñar sus funciones, que incluyen la desintoxicación de la sangre, el almacenamiento de vitaminas y minerales, fabricación de sustancias coagulación de la sangre, y la producción de bilis. Un primer resultado de la condición es que la ecomes cuerpo envenenado con toxinas de la sangre que el hígado lo general, se eliminaría. Estas toxinas pueden tener efectos adversos en todo el cuerpo, incluyendo la lluvia.
La cirrosis es causada con mayor frecuencia por el alcoholismo después de años de filtrado de alcohol de la sangre, el hígado se convierte en un daño irreversible. Otras causas de cirrosis son la hepatitis, la hemocromatosis (una enfermedad hereditaria que causa que el cuerpo almacene el exceso de hierro), y enfermedad de Wilson (una enfermedad hereditaria que causa almacenamiento hepático de cobre).
Signos y Síntomas
Cirrosis a menudo revela que no hay síntomas hasta que la condición está bastante avanzada. En esta etapa, los síntomas incluyen:
Náuseas y vómitos
Apetito y pérdida de peso
Fatiga
Alteraciones del sueño
Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
Orina oscura
Moretones
Vasos de color rojo, la sangre de araña bajo la piel
falta de interés en el sexo
Picazón
Hinchazón de piernas, pies o el abdomen
Pérdida de masa muscular
El tratamiento médico convencional
Si usted sospecha que tiene cirrosis, consulte a su médico inmediatamente. La enfermedad se diagnostica mediante la observación de los síntomas, un examen de sangre o una biopsia de hígado. Una biopsia, en la cual se examina una muestra de tejido hepático al microscopio, es el medio más preciso de diagnóstico.
Dado que el hígado es un órgano elástico, el primer paso para el tratamiento es dejar de los hábitos que causaron el daño en el primer lugar. Si la cirrosis se detecta en una etapa temprana y no se produce un mayor daño, el hígado debe ser capaz de seguir funcionando, aunque de capacidad limitada. Si la cirrosis está en una etapa avanzada, el médico trata los síntomas individuales, tales como la retención de agua e hinchazón, y recomienda una dieta baja en sal y diuréticos suaves. El trasplante hepático es la única opción para las personas con cirrosis grave. Los trasplantes de hígado son muy graves, los procedimientos de riesgo, por lo que suelen ser restringido a las personas jóvenes o de mediana edad que se encuentran en buena salud.